En la sociedad actual, el uso de dispositivos móviles se ha vuelto tan común que incluso los niños pequeños están cada vez más expuestos a ellos, lo que plantea un desafío importante para las familias.

Como alguien que trabaja en la industria tecnológica, me resulta frustrante observar cómo nuestras familias cercanas están cada vez más absorbidas por sus dispositivos móviles, sin comprender plenamente los problemas que esto puede traer no solo a ellos mismos, sino también a quienes los rodean.

Negación

Lo que a menudo pasa desapercibido es que el contenido que consumimos en nuestras pantallas está cuidadosamente diseñado para mantenernos enganchados. Desde los videos de YouTube hasta los resultados de búsqueda en Google, la música en Spotify y las recomendaciones de Netflix, todo está diseñado para capturar nuestra atención y retenernos.

Lo más preocupante es que, en muchos casos, las personas no reconocen este problema o no quieren verlo como tal. A pesar de nuestros intentos de explicar y ofrecer ejemplos, a menudo se encuentran en un estado de negación. La recompensa inmediata que obtienen de sus pantallas parece superar la necesidad de reflexionar sobre la calidad de lo que están consumiendo.

Familia y futuro

Este dilema también nos hace pensar en el futuro y cómo educaremos a las generaciones venideras. En Silicon Valley, incluso hay un movimiento (metodo waldorf) entre los trabajadores de la tecnología que prohíben el acceso de sus hijos a pantallas y dispositivos móviles hasta cierta edad, una práctica que difiere de lo que generalmente vemos en las calles. Mientras trabajamos para crear un mundo tecnológico lleno de recomendaciones y comodidades, también debemos ser conscientes de los peligros que conlleva y proteger a nuestros hijos de ellos.

Es desolador ver a niños de tan solo 2 o 3 años caminando con un teléfono en la mano, viendo dibujos animados en la pantalla. Peor aún, ¿qué ejemplo están dando los padres y madres que usan TikTok, Instagram u otras redes sociales frente a sus hijos pequeños?

Psicología

Las grandes empresas tecnológicas cuentan con equipos gigantescos de psicólogos que diseñan interfaces adictivas para sus aplicaciones. Por ejemplo, la interfaz de Tinder es un ejemplo de diseño excepcional que permite encontrar una pareja en cuestión de segundos. Las aplicaciones con scroll infinito, como Twitter y TikTok, también son notables por su capacidad de mantener al cerebro absorto en una corriente constante de información personalizada.

Conclusiones

En resumen, la adicción a las redes sociales y la dependencia de los dispositivos móviles están afectando a las familias de manera significativa. Como sociedad, debemos abordar estos problemas y, al mismo tiempo, la industria tecnológica debe asumir la responsabilidad de garantizar que sus productos no sean adictivos. El futuro de nuestras familias y el equilibrio en la relación con la tecnología dependen de ello.